Los textos y documentos que se pretenda surtan efecto entre las partes, o frente a terceros, deben elaborarse con especial esmero, toda vez que las palabras escogidas definen el resultado que obtendremos frente a posibles reclamaciones ulteriores.
En este orden de cosas, cualquier documento legal tiene sus concretas consecuencias jurídicas y fiscales, y no es infrecuente en la práctica que la falta de un correcto asesoramiento en su redacción resulte en que el texto no tenga fuerza ni vincule a los propios firmantes, derive consecuencias impositivas indeseadas o no puedan hacerse valer ante los Juzgados y Tribunales.
Pero nosotros podemos ayudarle, bien encargándonos de la confección del documento en cuestión -cualquiera que éste sea-, bien supervisando su texto si lo ha elaborado un tercero.